Este famoso método está en boca de todos, cada vez son más las escuelas que lo están introduciendo y no es para menos, ya que tiene múltiples ventajas en el desarrollo de los más pequeños. Por ello hemos decidido enseñaros este artículo de magisterio.com en el que hablan sobre lo básico para empezar a tener conocimiento de él.
¡No os lo perdáis!
Seguramente tu respuesta sea sí, pero a la vez te habrás preguntado ¿se puede llevar a cabo en cualquier aula? Cada día hay más aulas de colegios públicos que comienzan a llevar a cabo este método y los maestros observan sus beneficios.
El método Montessori es perfecto, es un método que puede aplicarse tanto en casa como en las aulas, ya que los niños comprenderán cualquier contenido y se desarrollarán plenamente como seres humanos.
Por supuesto, lo idóneo sería llevar todo el método a diario, no solo algunas actividades o materiales, pero por algo podemos comenzar.
María Montessori se interesó por la educación de los niños que tenían algún tipo de necesidad especial, logró que estos niños aprendieran a leer y a escribir, incluso consiguió que niños con trastornos mentales o necesidades especiales consiguieran aprobar los exámenes escolares.
El método Montessori consiste en seguir el ritmo del niño, acompañándolo durante su vida, lo más importante es crear un ambiente tranquilo y respetuoso. María Montessori describe la mente del niño desde los 0 a los 6 años como la mente absorbente, donde mayor potencial tiene para desarrollar su aprendizaje de forma inconsciente.
El mayor problema que tiene el método Montessori es la confusión que existe entre sus términos, porque se suele añadir el nombre de Montessori a aspectos que no lo son.
El niño es el que elige la actividad que va a realizar, es completamente libre, simplemente necesitamos un ambiente preparado y unos materiales específicos.
El ambiente preparado se compone especialmente de mobiliario, debe estar adaptado y al alcance del niño, con esto conseguimos que lo utilice por sí solo sin la ayuda de un adulto.
El ambiente preparado va dirigido a desarrollar el potencial del niño y sus aprendizajes, realizándolo a su propio ritmo y con plena libertad de elegir qué quieren hacer en cada momento. Para ello este ambiente debe ser:
Ordenado, los niños necesitan un ambiente ordenado y con rutinas, ya que su cerebro lo necesita. Así también evitamos las rabietas.
Bonito y limpio, debemos crear un ambiente donde todo esté en perfecto estado, es decir, no haya objetos rotos y todo debe estar limpio, así ellos intentarán que siempre se mantenga.
Estructurado, dependiendo de la edad del niño y del momento de su desarrollo, donde se encuentre así será el ambiente y los objetos que habrá en él.
Libertad de movimiento, cuando todo lo que necesita está al alcance del niño y él puede moverse libremente por ese espacio.
Realidad, todos los objetos que haya en el ambiente deben ser reales, por ejemplo el niño debe usar vasos de cristal, cuando algo suponga un peligro se utilizará siempre bajo supervisión del adulto.
Naturaleza, un niño debe comenzar aprendiendo en la naturaleza, así desarrollará el aprecio por los seres vivos que le rodean. Además, María Montessori animaba a las guías a llevar a los niños a la naturaleza, ya que pensaba que inspiraba a los niños.
Tranquilo, así el niño trabajará de forma relajada.
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